XANELACHIC
Siempre vamos tarde a todo, pero conseguimos organizar el viaje en tiempo record, y ¡no es fácil porque somos once! seis adultos y cinco niños. Así que la comodidad y la accesibilidad son siempre una prioridad para nosotros.
Tenía muchas ganas de visitar París con ellos. París fue mi primer viaje sin mis padres y tras aquella primera vez he vuelto muchas veces hasta llegar a conocernos muy bien, siempre quedan rincones por descubrir, pero este viaje ha sido especial por el ritmo tan distinto a todos mis viajes anteriores.
Sin prisas hemos visitado museos, alucinado con los tesoros del antiguo Egipto, cantado con los pájaros de colores del Mercado de las flores, contemplado como novios venidos de Asia se hacen sesiones de fotos como de revista. Sin prisa, París sin prisa es otro París.
Viajar con ellos supone ir a otro ritmo, jugar en la calle, pasear a otra cadencia, y disfrutar de cosas que de otro modo pasarían desapercibidas, como ver volar a las palomas, jugar con ellas, correr tras las pompas de jabón, quedarse con la boca abierta viendo a una pareja recién prometida fundirse en un beso eterno… Ay París ¡mon amour!
En la casa de Hundredrooms estuvimos como en casa. Amplia, céntrica y apta para la patrulla de once que somos. Nada fácil, pero sin duda un reto conseguido.
Esta cara de Marina recién levantada, no me la quería perder… un día de estos me la desayuno yo también.
Una vez más hemos compartido viaje con Carolina, Eva y sus familias. Es un placer viajar con ellos, y ya estamos planeando nuestra próxima escapada para verano, a ver si lo conseguimos porque, de nuevo, no está siendo nada fácil encontrar alojamiento para los once… Ya os contaremos…
Me preguntan mis hijos que si a los Reyes Magos se les puede pedir viajes en lugar de juguetes… y ¿qué les digo? 😉